Queridos amigos de Retrum,
Estos son los resultados de las votaciones en las que ha participado una editora, un lector editorial y un músico y escritor que no es este que os escribe.
La elección del ganador y los finalistas es fruto de una votación totalmente subjetiva, y de hecho el jurado ha tenido grandes problemas para hacer una selección debido al altísimo nivel de todos los relatos.
Por este motivo, hemos decidido que nadie se quede sin premio, lo cual queda así:
· 1 lote de 10 discos al gusto de Alexia para el ganador + 1 camiseta de Retrum.
· 1 camiseta para cada uno de los 10 finalistas.
· 1 disco de Hotel Gurú + 1 chapa de Retrum para cada uno de los participantes, como agradecimiento por tan buena literatura.
Para recibir vuestros premios, tenéis que mandar un correo con vuestra dirección a nuestra coordinadora Franzi, que os atenderá en la dirección de correo electrónico:
retrumchapel@gmail.com
¡Gracias por estar ahí!
Francesc
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GANADORA
PAULA
“MI ÚNICO PUENTE HACIA LA VIDA”
No digas nada, tienes que saber que lo único que me une a la vida es un hilo muy fino que recibe tu nombre. Deja que la noche se cierna sobre nosotros en este camposanto donde nuestra compañía son los seres que descansan en sus lechos bajo tierra. Solo cierra los ojos conmigo y deja que tu alma recorra los numerosos recuerdos que vivimos juntos, porque aquí acaba mi viaje. Pronto, al amanecer, tú te iras llevándote mi aliento; en cuanto desaparezcas de mi vida, yo también desapareceré de este mundo, pero espero que me conserves en tu ingeniosa mente, donde siempre he sido bella a tus ojos, el único sitio en el que me sentí segura. No te preocupes por mí, pues yo seré más feliz allí, donde hay más seres como yo que buscan la felicidad eterna. Antes de que te vayas quiero pedirte mi última voluntad: bésame hasta que los pájaros despierten junto a mi último amanecer
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10 FINALISTAS
ESTHER
“VUESTRO ÚLTIMO JUEGO”
Mi hermana y yo esperábamos a la entrada del cementerio a dos jóvenes que habíamos conocido por internet y decían ser vampiros. Llegaron minutos después, unos atractivos gemelos de aspecto gótico. Nos conocimos entre miradas pícaras y sonrisas de excitación. Entramos en el cementerio, encendimos una hoguera y Daniel propuso un juego: nos vendarían los ojos a ambas, teníamos que atraparlos y, una vez los tuviéramos, podríamos hacer lo que quisiéramos con ellos. Mientras escuchábamos atentamente y nos movíamos en círculos, muy confusas, ellos se dirigieron una fría mirada y sacaron de sus bolsillos traseros unas navajas. Nos asesinaron aquella noche, o eso pensaban. Porque había algo que esos chicos no sabían y es que lo que ya está muerto no se puede volver a matar.
NANA
“HABITACIONES DE UN VIEJO HOTEL”
Despierto cada mañana angustiada. Sigo al pie de tu nueva cama, tumbada, abrazada al frío mármol. Nadie ronda por los pasillos del hotel donde ahora te alojas. Me siento y desperezo. Miro de nuevo tu foto y recuerdo que sigues aquí, pero de otra forma. Me esperas en la habitación de este viejo y abandonado hotel; aguardas el momento en que yo me reúna contigo y los dos podamos partir hacia otro lugar. Yo también lo espero. No me queda nada que hacer aquí contigo en este lugar. Yo ahora vivo aquí, contigo, pero debo conformarme con vivir en los pasillos, ya que todavía no puedo entrar en la habitación. Pero espero con ansia el día en que me hagan entrega de la llave de mi habitación, el pasaporte para reunirme contigo, las luces que me guiarán por nuestro nuevo camino.
ALBERTO
“…DEL ALMA DE ANABEL LEE”
No conozco este salón pero sé que no es la primera vez que estoy aquí. Es sombrío, tenebroso, iluminado apenas por un par de mechas que siguen ardiendo entre pináculos de cera. No hay nadie más que yo, y tanto el suelo como las paredes están cubiertos de polvo y suciedad. Apenas contiene los últimos restos astillados de muebles que debieron estar completos hace cientos de años. En las ventanas, contraventanas cerradas de madera carcomida impiden ver el exterior. La entrada al salón sólo conduce a una escalera de mármol, cubierta igualmente de cenizas. Sé que he intentado seguirla, hacia arriba y hacia abajo, sin que parezca acabar nunca en sala o corredor alguno. Ni siquiera puedo describir la dirección de la subida o la bajada, no sé si gira en espiral o si la curva es ligera pero continúa… sólo sé que cuando despierto me encuentro en otra habitación, más humana, en la que un hombre que me provoca una repulsión sobrenatural, angustiosa, me susurra, noche tras noche, que soy suya… suya… SUYA…
DUSKRUELTY
“Funeral de un amor roto”
De repente escuchó la música acompasada, lenta y pesada de los tambores. Esa era la marcha funebre preludio de un entierro en la aldea. Siempre la oía tan lejos... pero ahora la tenía más cerca de lo que creía, ¿para quién sonaba?
De golpe un recuerdo la invadió. Era él, la abandonaba para siempre, ella le quería tanto que fue desde ese momento cuando le vació el alma para llenársela de pena. Ahí estaba, retumbaban los tambores en el funeral de su corazón.”
SUSH
“PESADILLA”
Golpeó el tafetán que acolchaba las tablas, sin desesperarse. Un sonido seco retumbó en la oscuridad que lo rodeaba. Palpó sus bolsillos: estaban vacíos. También había ausencia en el lugar que debían ocupar su reloj y su anillo. El aire olía a marchito. Tuvo miedo. Y de pronto ya no lo tuvo. Cerró los ojos y comprendió que era, otra vez, la misma pesadilla: soñaba que estaba vivo.
LAURA
“ELLA”
Era la primera nevada del año. El pequeño camposanto lucía con una belleza que dejaba sin aliento. Escondido entre los árboles que había frente al cementerio, esperaba con impaciencia que el viejo guarda de llaves cerrara las puertas y se marchara. Ya empezaba a oscurecer cuando el guarda se alejaba silbando por la carretera que llevaba al pueblo. Salté impaciente la tapia y me dispuse a recorrer aquel laberinto de tumbas y nichos con la soledad como única compañía, envidiando a todas aquellas almas que ahora compartían la eternidad con ella. Sin darme cuenta, la noche se había cernido sobre el cementerio. El espectáculo era sobrecogedor, la luz de la luna daba al lugar un aspecto mágico y terrorífico a la vez, sobretodo porque no me había percatado antes de que no estaba solo. Junto a la puerta estaba ella, mirándome. Podría haberse tratado de un ángel, si no fuera porque era ella, mi dama. Había venido a buscarme.
SOMBRA
“SUSURROS DEL OVIDO”
Era una de esas noches, un tanto extrañas, que no podía dormir. Una inquietud se apoderaba de mi ser. Algo terrible iba a suceder. El nerviosismo hizo que me asomara a la ventana. Fuera me esperaba una lúgubre y fría noche. ¿Qué hacer? Sin pensármelo, salí a la calle para tomar una bocanada de aire fresco. Notaba que me faltaba el aliento. Con la mirada perdida y en silencio, puse rumbo al único sitio donde nada ni nadie me molestaría. Al llegar, me llamó la atención el olor característico de la muerte. Sin darle más importancia, me dirigí a lo más profundo del cementerio, donde la soledad y el silencio serían mi única compañía. Aquel cementerio imponía una paz infinita. Pero eso no valió para que mi cabeza dejara de dar vueltas. Esa noche fue, sin duda alguna, mi peor noche. Fue tan tensa e intensa... cada segundo de espera se me hacía eterno. Tierra trágame, pensé yo. Y al fin sucedió.
SORAYA
“HASTA EL FINAL”
En medio de la más absoluta y negra oscuridad, en aquel páramo que viste en tus pesadillas, se alza una mansión desolada y triste. Fue allí donde vi la muerte, entre paredes que lloraban sangre abracé por última vez tu cuerpo inerte. Tú me rescataste, y ellos... ellos te arrancaron del mundo. Sé que quieres que continúe luchando, pero es que es demasiado difícil vivir: tú eras mi casa, y cuando te llevaron, robaron también mi alma. Por eso hoy he vuelto a esta mansión: para luchar, mi amor, luchar a mi manera. Ya no lucho contra mi vacío, sino contra ellos. No quiero saber qué son, ni quiero saber qué fueron, pero sí quiero que ellos sepan algo: No conseguirán separarte de mí, te seguiré hasta al más profundo abismo. Así es cómo voy a vencerles, con mi puñal y una tumba al lado de la tuya. En medio de la más absoluta y negra oscuridad, en aquel páramo que viste en tus pesadillas se alzan dos melancólicas lápidas de idéntica inscripción: Hasta el final.
ESTY
“Un triste ritual de convertimiento a la palidez”
Dicen que un beso en la boca puede decirte si la persona a la que besas es tu verdadero amor o no. Yo lo único que conseguí fue ver los ojos tristes de una pálida muerta de pena. Según la besaba mi cara se iba pintando de blanco, mis labios de morado, mi ropa de negro y mi corazón parecía haberse parado por completo, pero aún así yo seguía besando esos tiernos y carnosos labios pintados de morado. Seguía acariciándole el pelo y parecía como si las lápidas que nos rodeaban tuvieran luz propia, una fuerte luz morada; de repente nuestros labios se separaron, y entre las luces apareció un chico que gritaba: "Me has traicionado, Ruth, y lo pagarás". Segundos más tarde, Ruth se fue corriendo y me dejó allí tirado. A la mañana siguiente, al despertarme hallé el maquillaje de Ruth manchado de sangre. Fui corriendo a su casa y no me equivocaba, Ruth estaba muerta encima del felpudo de su casa.
LAIA C-R
“Miedo, gritos y desesperación en una montaña de un pequeño pueblo y una niña muy rara con su mejor amiga”
Una niña de 12 años amaba todo lo que era gótico: objetos, collares, pulseras, cuadros... incluso era fan de una ilustradora gótica: Victoria Francés. Un día su madre le confesó que a ella también le gustaban esas cosas. Al empezar el instituto pensó en lo que le dijo su madre: "no tengas vergüenza, cada cual es como quiere ser" y empezó a demostrar que le gustaba ser de esa manera... La gente se reía de ella pero tenía una buena amiga que siempre le apoyaba. Un día se fueron las dos a una montañita de su pueblo y la niña empezó a sentir una extraña sensación. Buscó si había alguien, pero no había nadie, así que supuso que sería la presencia de algún muerto. Al cabo de 5 minutos oyeron unos gritos de niños pequeños. Asustadas, empezaron a gritar: "¿hay alguien ahí?". Buscaron por todos los lados y no había ningún niño. De repente empezó a soplar un viento muy frío y muy fuerte, y su mejor amiga tropezó y se quedó en el suelo. Desde aquel día no han vuelto a aquella montaña
